Hatha
Yoga es una de las ramas en las que se divide el gran árbol del Yoga, que hunde
sus raíces en las historia hace más de 5000 años.
Yoga
no es una escuela filosófica, organización o grupo de personas. Yoga es uno de
los sistemas más antiguos, sólidos y fascinantes del desarrollo pleno del
potencial humano.
Todo
el mundo puede practicar Yoga. Desde los niños hasta personas de edad avanzada,
pasando por mujeres embarazadas, personas enfermas, convalecientes, con
problemas de ansiedad, estrés, o simplemente para sentirse mejor con uno mismo
y conseguir un poco de paz y tranquilidad dentro del ajetreo de nuestra vida
diaria. No se necesitan creencias de ningún tipo ni práctica previa; solamente es
necesario creer en la experiencia personal.
Yoga
es un método para vivir en armonía, para descubrir y entrar en contacto con la
dimensión espiritual del ser humano. Sin olvidar la relación existente entre
las técnicas milenarias del Hatha Yoga, los ejercicios respiratorios (pranayama) y la salud física y mental.
La medicina tradicional ha comenzado a tomar en serio el Yoga, considerándolo
como una disciplina efectiva tanto para mantener el cuerpo en un estado de
salud óptimo, como para curar o prevenir las más diversas enfermedades.
Las
personas se acercan al Yoga por diferentes motivos, mientras unos pretenden
obtener relajación, descanso y equilibrio, para otros es un estupendo método
para desarrollar la concentración y mantener su mente bajo control. Otros
encuentran la mejor manera de mantenerse en forma y distraerse, y otros lo
hacen como una forma de autoconocimiento y búsqueda interior. También hay
personas que se inician en el Yoga como una terapia complementaria en el
proceso de curación de alguna enfermedad o dolencia. El objetivo lo marca el
propio practicante.
Mediante
la ejecución de las técnicas del Hatha Yoga; pranayama (ejercicios respiratorios), asanas (posturas), meditación,
la utilización de mantras (sonidos) y
mudras (gestos formados con las
manos), visualización y relajación,
el practicante consigue progresivamente y de manera agradable reforzar su
mente, y conducirla fácilmente hacia la concentración, relajarse, mejorar su
salud física y psíquica. A medida que pasa el tiempo se va instalando en
nosotros un sentimiento de serenidad y una capacidad nueva de afrontar los
acontecimientos externos sin dejarnos dominar por ellos.
En
éstas sesiones de Yoga, no existen niveles, no hay iniciación ni avanzado.
Todos hacen Yoga dentro de su capacidad, sin prisa, sin esfuerzos inútiles que
sólo conducen a posibles lesiones, y en profundo estado de relajación, sin
importar lo que ocurre alrededor, o lo que está haciendo el compañero que tiene
al lado. Las clases de Yoga son el único momento que tienen muchas personas
para ocuparse de sí mismos, olvidando lo demás. Creando un ambiente relajado y
de confianza, con el fin de que el practicante pueda tranquilizarse, sentirse
en confianza y dejar en segundo plano las preocupaciones del día a día.
La
sesión comienza con ejercicios respiratorios básicos que ayudan a serenarse.
Después es necesarios calentar los músculos que van a trabajar para evitar posibles lesiones. En
éste momento el alumno ya debe estar relajado y cómodo con su cuerpo. Después
comienza la secuencia de asanas o
posturas, que se van alternando manteniendo siempre la estructura básica de una
sesión completa, que trabaje todos los movimientos de la columna vertebral,
extensión, flexión, torsión, equilibrio, concentración, posturas invertidas,
aconsejando a los alumnos en el caso de que exista contraindicación en
determinadas posturas. A continuación, trabajamos aspectos más concretos de la
respiración con la práctica de pranayama.
La
sesión termina con una relajación guiada, o bien una sesión breve de meditación
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