miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Porqué practicar Yoga?



        
        Hatha Yoga es una de las ramas en las que se divide el gran árbol del Yoga, que hunde sus raíces en las historia hace más de 5000 años.
            Yoga no es una escuela filosófica, organización o grupo de personas. Yoga es uno de los sistemas más antiguos, sólidos y fascinantes del desarrollo pleno del potencial humano.
            Todo el mundo puede practicar Yoga. Desde los niños hasta personas de edad avanzada, pasando por mujeres embarazadas, personas enfermas, convalecientes, con problemas de ansiedad, estrés, o simplemente para sentirse mejor con uno mismo y conseguir un poco de paz y tranquilidad dentro del ajetreo de nuestra vida diaria. No se necesitan creencias de ningún tipo ni práctica previa; solamente es necesario creer en la experiencia personal.
            Yoga es un método para vivir en armonía, para descubrir y entrar en contacto con la dimensión espiritual del ser humano. Sin olvidar la relación existente entre las técnicas milenarias del Hatha Yoga, los ejercicios respiratorios (pranayama) y la salud física y mental. La medicina tradicional ha comenzado a tomar en serio el Yoga, considerándolo como una disciplina efectiva tanto para mantener el cuerpo en un estado de salud óptimo, como para curar o prevenir las más diversas enfermedades.
            Las personas se acercan al Yoga por diferentes motivos, mientras unos pretenden obtener relajación, descanso y equilibrio, para otros es un estupendo método para desarrollar la concentración y mantener su mente bajo control. Otros encuentran la mejor manera de mantenerse en forma y distraerse, y otros lo hacen como una forma de autoconocimiento y búsqueda interior. También hay personas que se inician en el Yoga como una terapia complementaria en el proceso de curación de alguna enfermedad o dolencia. El objetivo lo marca el propio practicante.
            Mediante la ejecución de las técnicas del Hatha Yoga; pranayama (ejercicios respiratorios), asanas (posturas), meditación, la utilización de mantras (sonidos) y mudras (gestos formados con las manos), visualización y relajación, el practicante consigue progresivamente y de manera agradable reforzar su mente, y conducirla fácilmente hacia la concentración, relajarse, mejorar su salud física y psíquica. A medida que pasa el tiempo se va instalando en nosotros un sentimiento de serenidad y una capacidad nueva de afrontar los acontecimientos externos sin dejarnos dominar por ellos.
            En éstas sesiones de Yoga, no existen niveles, no hay iniciación ni avanzado. Todos hacen Yoga dentro de su capacidad, sin prisa, sin esfuerzos inútiles que sólo conducen a posibles lesiones, y en profundo estado de relajación, sin importar lo que ocurre alrededor, o lo que está haciendo el compañero que tiene al lado. Las clases de Yoga son el único momento que tienen muchas personas para ocuparse de sí mismos, olvidando lo demás. Creando un ambiente relajado y de confianza, con el fin de que el practicante pueda tranquilizarse, sentirse en confianza y dejar en segundo plano las preocupaciones del día a día.
            La sesión comienza con ejercicios respiratorios básicos que ayudan a serenarse. Después es necesarios calentar los músculos que van a  trabajar para evitar posibles lesiones. En éste momento el alumno ya debe estar relajado y cómodo con su cuerpo. Después comienza la secuencia de asanas o posturas, que se van alternando manteniendo siempre la estructura básica de una sesión completa, que trabaje todos los movimientos de la columna vertebral, extensión, flexión, torsión, equilibrio, concentración, posturas invertidas, aconsejando a los alumnos en el caso de que exista contraindicación en determinadas posturas. A continuación, trabajamos aspectos más concretos de la respiración con la práctica de pranayama.
            La sesión termina con una relajación guiada, o bien una sesión breve de meditación

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