Están
en relación con la ética y los principios universales que ésta obedece. Son
disciplinas éticas, mandamientos que trascienden toda creencia, país, edad y
época.
Concretamente, yama son una serie de abstinencias
propuestas por Patanjali en los Yoga
Sutras:
- Ahimsa,
no violencia
- Asteya,
no robar
- Satya,
verdad
- Aparigraha,
no codiciar, acaparar o atesorar
- Brahmacharya,
control de la energía y estudio de lo divino
Niyama,
son las normas
de conducta que se refieren a la disciplina individual, mientras que las de yama son universales en su aplicación.
Las cinco niyama enumeradas por
Patanjali son:
- Saucha,
pureza
- Santosa,
contentamiento
- Tapas,
austeridad
- Svadhyaya,
estudio del Sí-mismo
- Isvara
pranidhana, amor a la divinidad.
Para conseguir la no
violencia-ahimsa, hay que actuar
mediante la pureza-saucha; debemos
evitar poner cualquier tipo de basura en nuestro interior a través de
cualquiera de los sentidos (televisor, relaciones personales perjudiciales,
pensamientos negativos, comida basura carente
de nutrientes y energía). Inclusive, dado que es imposible controlar la calidad
de todo lo que se ve, escucha, saborea, ingiere o se palpa, entonces es bueno
de vez en cuando usar alguna forma de limpieza (ayuno, retiros de meditación o silencio, no ver televisión
por algún tiempo...). El yoghi ama y respeta la vida ajena tanto como la propia.
Ahimsa es tan amplio que abarca desde
amarse a si mismo, evitando conductas violentas autoinfligidas como el
alcoholismo, tabaquismo, anorexia… hasta el vegetarianismo vivido desde la creencia del derecho a la vida de cualquier
ser sintiente. Ahimsa está impregnado
por tanto de amor, hacia la creación, hacia el prójimo, hacia la vida. La
violencia nace del temor y la ignorancia. Para acabar con ella es necesario
liberarse del miedo, y actuar desde la investigación y la experiencia.
Para vivir el no robar-asteya, no sólo en el sentido de tomar
objetos inadecuadamente, hay que vivir la austeridad-tapas, es decir, no tener lo que no se necesita o no se use.
Llenarse de objetos que no se necesitan o usan, suele llevar a trabajos
innecesarios que consumen energía propia o ajena y que al final son una forma
de robar a sí mismo por esfuerzos innecesarios; igualmente es posible robar en
el sentido de negarles a otros la oportunidad de que dispongan o accedan a lo
que se atesora innecesariamente.
El estudio del Sí-mismo o
autoestudio-svadhyaya, es el camino
para el no mentir-satya. La mentira
siempre surge del deseo de engañar, dañar o inclusive ostentar lo que no se
tiene o se es. El autoconocimiento, el descubrimiento de lo que se tiene y de
lo que se es, por mucho o poco que parezca suele ser suficiente para darse
cuenta del enorme potencial de la vida de cualquier ser humano, y entonces
¿para qué mentir? Sobra la mentira. No hay necesidad de autoengaño ni del más
mínimo intento de engañar a otros.
Eliminar la codicia-aparigraha, puede lograrse a través del
contentamiento- santosa. El
contentamiento, un gusto existencial, un gusto por estar vivos, por el solo
hecho de estarlo sin más calificativos. La vida tiene la suficiente magia
(belleza, bondad, inteligencia) en sí misma para que cualquier ser humano que
la descubra viva confiado, encantado y feliz. El yogui no siente la falta o
carencia de nada, al contrario, se siente satisfecho y confiado en que sus
necesidades serán colmadas cuando se presenten. Por eso no acumula objetos
inútilmente, evitando asi que otros que los
necesiten más, puedan aprovecharlos. Tampoco toma más alimentos de la
cuenta hasta quedar completamente saciado, ni acapara la atención de terceras
personas.
Brahmacharya, es una de las cuatro etapas en la vida de un brahman
o sacerdote hinduista. Significa «el que se mueve con Dios» o «el que estudia a
Dios». Son los vedánticos (religiosos) los que le han dado la acepción de
celibato. Si el concepto es de estudio a Dios, entonces, Brahmacharya debería traducirse como no creencia. No hay que creer
en Dios, hay que estudiarlo. Y es posible que en algún momento de la tarea de
estudiar a Dios, se requiera celibato, pero siempre será temporal, porque Dios
tendrá que ser encontrado en la sexualidad, en la cual tiene una poderosa
presencia. Ishvara pranidhana puede
proponerse como tener una idea de dios, la que sea. Ya sea la idea del dios
judeo-cristiano (duro, cruel, justiciero y a veces amoroso); o como alguno de
los dioses hindús que suelen ser danzantes y psicológicamente más humanos; o
simplemente como un potencial puro. Inclusive valdría no tener una idea de dios
en cuanto pensar que no hay nada a quien o a qué reconocer como dios. Así pues,
quien tiene una idea de dios, cualquiera que sea ésta, deberá como un principio
ético estudiar esa idea, no simplemente creer en ella.